ellos

jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 8 -Al margen de todo



CAPITULO 8
Al margen de todo.

Andaba sola por al calle, estaba algo desaliñada, Hye Sun habían pasado tres días durmiendo en cualquier lado, aquello nunca le había importado demasiado, era capaz de sobrevivir a cualquier situación, para ella era fácil dormir en cualquier lado, pero estaba sola, y era absolutamente conciente de ello, su vida jamás había sido cómoda y práctica, de pequeña vivió con su madre en corea, y allí vivieron en uno de los barrios más abandonados, conocía perfectamente lo que era la verdadera pobreza, durante los demás  años, en Japón, vivieron cercanas al lujo, aunque su madre era la plebeya que cuidaba de los hijos de los ricos, siempre tuvieron todo lo que deseaban, y pudieron vivir en una lujosa casa, se sentía agradecida, pero  aquel ultimo año, apenas podía intentar recordarlo, tenia un vacío, estaba completamente en blanco, sin  sus amigos, sus queridos amigos se  habían alejado de ella, y ella intento localizarlos por todos sus medios, pero no lo logró, estuvo haciendo cosas que jamás hubiera pensado que haría, y se sentía sucia, sola y perdida, pero al finalmente se había escapado de allí, pero en aquel entonces no sabia demasiado hacia donde debía dirigirse, se consolaba pensando en que su inglés algo patético estaba mucho mejor de lo que ella esperaba, aunque no tenía mucho vocabulario, su pronunciación era lo suficientemente correcta para que la gente la entendiera y guiara, cada vez que tenía que preguntar algo recordaba a Rayjin, y sonreía, al recordar el fatídico ingles del muchacho, como debía estar pasándolo?
Esperaba que su inglés hubiera mejorado mucho, que pudiera tener gente con la que hablar…
Andaba dirección hacia Chinatown , cerca de soho, donde tenía esperanzas de encontrar algún trabajo y sitio dónde dormir, aunque no tenía muy claro por donde, estaba cansada, quizás eran demasiados días sin una buena ducha, demasiados días sin sentarse delante de una estufa a mirar la tele, solo había podido asearse en un fuente, pero el frío de Londres había logrado que desistiera, estaba cansada de cargar con sus bolsas, y aun más agotada de tener que dormir casi con los ojos abiertos por miedo a que le robaran las cosas, una chica asiática sola, era demasiado apetitoso para cualquier ladrón.
Al legar a aquel pequeño  barrio, se sintió como en casa, echaba de menos leer chino, aquellos carteles, los colores, aunque el barrio era realmente pequeño, le encanto estar allí.
Siguió andando sin perdida, y se adentro e el cercano barrio de Soho, allí sintió como el corazón se le encogía al conocer un  bonito cartel en su idioma natal, una pequeña calle, al salir de soho, cerca del teatro donde daban en ese momento “We well rock you”, un famoso musical, estaba llena de tiendecitas de alimentación coreana, pero aquella pequeña tienda, realmente logró llama su atención,  entro cautivada en aquel pequeño restaurante, en 9 D'Arblay,  un precioso  y gigante  cartel con el nombre Nara Nara traducido en inglés y al Hangul, una muchacha joven le atendía sonriente, Hye sun preguntó e un perfecto coreano si buscaban a alguien, ya que ella necesitaba trabajo, así fue como a las pocas horas ya tenía un trabajo, en el que se sentía a gusto y agradecida.
La muchacha, su compañera de trabajo le dio un teléfono, ya que sabía de un pisito, la chica le comento que era algo pequeño y que  se encontraba en el Shepperton  un pueblo de Londres,  estaba algo lejos, pero  eran precios económicos, y la persona buscaba urgentemente a alguien para alquilarle el piso, al terminar su primer día de duro trabajo en el que Hye Sun había tenido que aprender una gran cantidad de información nueva, Estaba agotada, los primeros días de trabajo siempre deberían cobrarse doble, aprender y trabajar a la vez es un tarea a veces dura, pero Hye Sun estaba feliz de ver que las cosas ibán cogiendo un rumbo,  se dirigió a paso ligero y algo cansado, hacia la dirección que la muchacha le había indicado, iba con un mapa roto en la mano, en tres dias había logrado destrozarlo, pero cada vez lo tenía más memorizado, y se sentía orgullosa de poder avanzar sin mirarlo cada 5 segundos.  Llego a la dirección, cuando ya estaba adentrada la noche, y se encontró con una amble señora que le esperaba en al puerta, la anciana que le contó que tenia ese piso antiguo y solo, estaba dejado de la mano de dios desde hacia demasiados años y deseaba tener a alguien allí viviendo, Hye Sun a ver aquel pequeño y destartalado, lleno de muebles viejos, se sintió enseguida a gusto, y le entrego a la señora la paga del primer mes y se quedó fascinada con su pisito, era pequeño pero ella con eso tenía más que suficiente, para ella era prácticamente un palacio.

Estuvo echada en aquel viejo sofá, mirando a través de la ventana, el paisaje era algo desolador , las fabricas de robótica se venían a lo lejos y humeaban sin fin, Hye Sun se levantó y bajo la vieja persiana de madera,  se sentó apoyada en la parte interna del marco de la ventan, y sintió como se perdía en sus pensamientos, que haría ahorra con su vida, ya tenía un trabajo, ya tenía casa, que debía hacer entonces?
Miro a su alrededor, por fin podría dormir en una cama, aunque le esperaban unos días de muchísimo trabajo, aquel piso necesitaba una mano de pintura, quizás dos, erá realmente urgente, miró  aquellas paredes grises y envejecidas, observo desde la ventana en silencio aquel pequeño comedor con un sofá antiguo junto  a la ventana ahora cerrada que dejaba entre pasar pequeños rayos de luz de la nocturna y luminosa zona de fabricas, miro aquel suelo, enmoquetado, y pensó que deseaba sacar aquella moquea cuanto antes, no entendía como los ingleses podían vivir con la casa llena de moqueta, estaba claro que en cuanto tuviera tiempo y un poco de dinero tendría un suelo de parquet para poder andar descalza como en su vieja casa, una tele vieja estaba junto al sofá, rió al darse cuenta de que era tan antigua que ni siquiera tenía mandos, era de madera, cuantos años debía tener ese televisor?
Del comedor, que estaba casi enganchado al recibidor, se pasaba  a un pasillo estrecho y oscuro que daba a dos puertas en su lado derecho y una puerta al fondo del pasillo, las dos primeras puertas, eran una cocina de gas, al menos más luminosa que todo lo que había  visto hasta el momento, y con una decoración del siglo XVIII, le pareció bucólico tener una cocina tan antigua, busco con mirada y sonrió al comprobar que no había microondas, una vida sana a la antigua, que hermoso, estaba realmente emocionada con su casa, entro la siguiente puerta, era un pequeño baño, solo con ducha que daba a otra puerta donde estaba la habitación aun  más pequeña con el lavabo, en es habitacioncita, había otra puerta, la abrio y se encontró con la pequeña habitación, la habitación tenía dos acceso desde el el baño o desde la puerta del final del pasillo, la habitación estaba completamente vacía, solo tenía un colchón viejo en el suelo, y una cómoda aun más antigua, ahora entendía porque era tan barato el piso. Sonrió al pensar que al menos tenía dinero ahorrado y podría arreglar todo aquello.
Hye Sun era muy espabilada podría con todo.
En una libreta esbozó el plano de  como tendría el piso, y hizo una lista de todo lo que necesitaba, debía comprar pinturas,  un armario, una tele, y un fotón.
El día siguiente se despertó y fue a pronto a por  todo,  como era nórmal en ella a los pocos días ya tenía la casa completamente arreglada, Hye Sun era de las personas más enérgicas y trabajadoras del mundo, había arreglado todo, y ahora las persianas subían y bajaban rápidamente, el comedor pintado de color amarillo verdoso daba luz a la sala, y el sofá estaba cubierto con una funda infantil que ya no daba aquel aspecto tan fúnebre a la casa, y una televisión plana de segunda mando estaba frente al sofá además había comprado una estantería antigua preciosa en el mercadillo donde había dejado todos su libros, aunque no había podido  traer demasiados, tenia pensado poder hacerse  con bastantes y poder ir llenándola, el pasillo también era de color amarillo iluminado así la casa, la cocina la dejo tal cual, solo se dedico a limpiar, y lo mismo hizo con el baño. La habitación disfruto arreglándola, la empapelándola con una papel antiguo que quedará bien con la gigante lámpara central,  de color granate y gris, le daba a la habitación un aire anticuado pero agradable, arreglo la cómoda, y le curo la carcoma,  busco un armario que quedara bien con aquel mueble antiguo. Tiro el colchón y acabo comprando una cama en vez de un futón, así fue como Hey Sun en menos de 15 días estuvo instalada en Londres, trabajando todos los mediodías y las noches en aquél pequeño restaurante.
Hye sun a su manera se sentía liberada, aunque se sentía algo sola.
Apenas hablaba con nadie más que con los clientes que iban a comer al restaurante
No sabia como lograría sus objetivos, no sabia como lograría encontrar  a su amigos, Hye Sun se sentía  feliz pero nunca lograba olvidar para lo que había ido allí, donde estaban sus amigos?

Hye Sun se despertó temprano, mucho antes de que sonara el despertador, y recordó a Lee Ri, ese día sintió la necesidad de salir a ver el amanecer, aun en pijama cogió las llaves del piso y calzándose con sus botas sin apenas abrochar, salio por la puerta, cerrándola cuidadosamente, sintió el frío de la calle mientras bajaba por las escaleras, pero salio a la calle, y allí espero a que el sol saliera. Al ver el amanecer sintió que aquel era su sitio, que tras años de sentirse sola, al fin había encontrado un lugar, sabia que allí lograría algo. Al fin sería alguien.

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Todas las mañanas aquella rutina, pensó para si misma, Lee Ri acostumbraba a levantarse a ver el amanecer todos los días, estaba enamorada del sol y los colores que le ofrecía el alba, para ella era de las cosas más bonitas, poder despertarse cada mañana, y salir al campo a observar el amanecer, agradecer cada mañana poder seguir viviendo feliz en aquel mundo tan bonito.
Durante su infancia y adolescencia había visto el amanecer de miles de lugares, y ahora por fin estaban quietos, cada mañana disfrutaba del dulce amanecer de Inglaterra, y aquello la hacia sentir muy feliz, era su sueño estar en un lugar fijo y dejar de viajar sin rumbo. Además que aquel hermoso paisaje y el color grisáceo de Londres le parecían acogedores y dulces. Lee Ri estaba agradecida de poder quedarse al fin en un lugar fijo.
Salió al patio descalza y aun en pijama, se sentó en la hierva, helándose por el frío de la madrugada y sintiendo como la rosada se clavaba en sus huesos, cerro sus ojos y inspiró, al ver salir el sol se sintió agradecida de poder ver otro amanecer en aquellas tierras.


Durante su tradicional meditación Lee Ri estuvo un largo rato reflexionado sobre aquel muchacho, Faris, como un muchacho totalmente desconocido le recordaba tanto a alguien, se había sentido totalmente apenada al verlo, y eso hizo que el corazón se le acelerara, no estaba preparada para aquello, intento dejar de pensar en aquello, pero sabia que algo sucedida con aquel  muchacho, que iba hacer ella? Como podía lograr saber que sucedía, lo sentía muy cercano, como si fuera de su familia, y eso la desconcertaba, dejo de meditar y se levantó inquieta, como podía solucionar aquello?

Lee Ri era una chica simple, sencilla, de gustos simples y llanos, su sueño era poder vivir como alguien normal, había pasado una larga infancia entristecida intentado recordar algo, intentado encontrar la pieza en el puzzle que le faltaba, siendo así cada día mas débil, y notando cada día la ausencia de algo que había perdido o dejado de lado, su familia nada le aportaba, el circo de los sueños en el fondo era su pesadilla, por lo que ella solo anhelaba poder escapar de allí, romper con aquello y al fin encajar la pieza, en aquel  instante supo que parte del ropecabezas que llevaba toda la vida torturándola acababa de plantarse frente a ella, Faris no solo era un muchacho, faris era algo mas que todo aquello.

lunes, 21 de marzo de 2011

Capitulo 7 -No todo lo que brilla es oro- (2/2)


Capitulo 7 
No todo lo que brilla es oro (2/2) 

Aquel carácter tan especial  no dejaría de sorprenderles  nunca.
Vistyn miro el rostro del muchacho, aunque sus facciones eran muy duras tenían algo que le hacían muy amigable. Arqueo sus cejas, dando una aspecto de una muchacha algo entristecida y sonrió intentando disimular su rostro apenado.
- No..lo se.
Fujin volvió de la cocina con el  te de fresas que aromatizo toda la habitación,  se sentó junto a  la muchacha, dejando justo enfrente suyo la taza de te:
- Cuidado no te quemes, esta ardiendo.- La voz de Fujin era pausada y muy armoniosa, realmente resultaba muy agradable, la miro, sus ojos erán dulces, su mirada era suave y educada, muy diferente a la mirada despierta y desafiante de su hermano, percibió la pena y lo desconcertada que estaba. Le regalo una de sus más dulces sonrisas, se agacho y con un agradable movimiento de mano, acerco el te a Vistyn, sin separ su mirada de la muchacha, y sopló cuidadosamente sobre el te, al soplar una bandada de aire frío invadió la habitación, Fujin aun con más delicadeza se separo de la taza y volvió a sentarse cortésmente junto a ella.- Ahora quizás esta a mejor temperatura.
Vistyn miro a los demás chicos, llevaba en poco tiempo demasiada gente igual de distinta que ella, gente que hacía que se sintiera a gusto, como jamás había logrado sentirse, Rayjin apoyo la cabeza en la mesa, algo inquieto volvía a estar removiéndose, se quedar en silencio mienras Vistyn se tomaba el te.
Al terminar el te, le indicaron donde podrían pasar la noche, y cada uno se dirigió en silencio, había mucho en lo que pensar. Demasiado. Mañana ya hablarían con más calma de todo aquello, ahora sabían que no era el mejor momento, así que los dos hermanos se dirigieron a sus habitaciones y Faris y Vistyn se quedaron en una gigantesca habitación de invitados,

Vistyn se sentó junto a Faris en la cama, vistyn transmitía amor y paz a todos, Faris lo sabia, ya que había notado como el carácter de Rayjin lograba ser algo más dócil y suave de lo normal, ese día el muchacho se había comportado como el niño que era, sin sacar su carácter guerrero al que los tenía acostumbrados, además el bien estar que sentía junto a ella, jamás había logrado sentirlo con nadie, sabía que era algo que emanaba de ella, siempre tenía tanto respeto por todo, que acababa causando una atmósfera totalmente acogedora, era como estar dentro del nido. Miro a la chica, le sonrió con su enorme boca, mientras cerraba los ojos, ella apoyo su cabeza en el pecho del muchacho, y poso su mano en el pecho. Sus pequeñas manos eran largas y finas, el torso delgado de Faris respiraba algo acelerado.
- Estas bien? - pregunto Faris
- Estoy algo sorprendida, últimamente solamente me passan cosas algo extrañas, y no se si estoy lista para tanto cambio.- miro a faris con su más triste y preocupada mirada.- siempre he sabido que yo y Vincent éramos diferentes pero creí que éramos únicos, jamás me atreví a relacionarme con otros niños, y eso que el circo siempre estaba lleno de ellos, Lee Ri fue la única que logro entrar a mi corazón, y eso es porque ella también es muy especial, siempre me ha parecido una persona muy dulce y por ello siempre me he mantenido a su lado, pero realmente mi mundo hasta ahora a sido Vincent, aunque es alguien realmente difícil, con su duro carácter…
El silencio invadió la habitación y Faris toco la mano de su querida Vistyn.
Ella siguió hablando.
- Él,  no es bueno…- al decir aquello  Vistyn le callo una lagrima.-  Nuestros padres nos han educado, creyendo en hadas, cuentos magia, quiromancia, y hablándonos de ver más allá de la vista, yo desde muy pequeña he sido conciente de mi capacidad de lograr que los humanos se calmen, de lograr que el amor y el crecimiento fluyan de forma  algo distinta, incluso, a veces creo que entiendo algunos animales… Pero Vincent..ay mi Vincent… Maldita alma perdida, nació enfermo, Vincent tiene 2 años menos que yo, y aun recuerdo como se me partió el corazón al saber que jamás tendría cabello, que jamás podría tocarle el sol directo a su fina y enferma piel… y con los años… su piel quedaba marcada, por unas manchas negras en forma de enredadera, Vincent esta maldito, y lo se, nada cura aquellas marcas que tanto dolor le hacen sentir, solo yo…
Vistyn se tapo los labios, miro apenada a Faris y mientras afirmaba con la cabeza dijo:
- Solo le curo yo.
Cerro sus ojos apenados, y los volvió a abrir, era conciente de que gracias a ella él no sufría tanto, su hermano la necesitaba, y aunque ella le amaba, sabia que Vincent solo lograba hacerla sufrir,  y ahora que había probado la felicidad, temía perderla.
Vincent era duro, seco y firme, iba y venía, y solía desaparecer durante días, los cuales Vistyn sufría muchísimo, y se sentía sola, era la primera vez que tras una marcha de Vincent ella no había estado esperando lo, y por ello se sentía egoísta.
Pero quien cuidaría de él, ella era la única que podía cuidar sus heridas, y estaba segura que el sufrimiento que le había de  pasar Vincent no era ni la mitad de lo que el mismo sufrían ahora ellos. El dolor emocional, la continua lucha con su monstruo interno, más el dolor físico de aquellas marcas, siento una pena enorme por él.
Miro a Faris, y le murmuro:
-Tengo que volver. Le quiero mucho, y es mi hermona, quin curara sus heridas?
Faris asintió con al cabeza, no tenia muy claro que le sucedía, pero si creía que era necesario volver y ya se había calmado eso harían, Faris hablo con rayjin el cual sedado por el efecto de Vistyn afirmo tranquilo que podían irse esa misma noche, incluso les invito a volver otro día.

Al cabo de unas horas ya estaban en las afueras, donde Faris dejo a vistyn junto a su caravana, se dieron un largo abrazo, ambos sabían que huir de aquello no era la solución, debían afrontar el problema, para así poder ser felices juntos, Vistyn  no sabía como iba a afrontar aquello, ni como explicarle a Faris la relación que tenía con su hermano antes de estar junto a él, como explicarle que lo único que calmaba el dolor de su hermano era el cuerpo de la muchacha, lo miro apenada, y le recordó que solo con él lograba sentirse bien, le beso en la mejilla, y se separaron esta vez, una horas después muy entristecidos.
Faris se marcho agotado a casa, sabía que sus padres agradecerían que llegara ese mismo día y no el siguiente, pero tenia claro que ese lunes no iría a clase, estaba demasiado agotado y tenia demasiado en lo que pensar.

Vistyn entro en la siniestra charraban de Vincent, donde lo encontró dolorido en el suelo intentándose calmar el dolor con hielo, una mancha en forma de  planta enredadera ya le cruzaba la mayor parte del brazo, y las rosas que antaño habían salido de la enredadera se habían secado, le impacto a Vistyn que en la enredadera hubiera la sombra de un muchacho, eso jamás lo había visto antes, pero el rostro de completo dolor de vincent le apeno y dejo de fijarse en aquello, Vincent estaba sentado en el suelo, pálido totalmente solo llevaba un largo vestido negro ajustado que solo acentuaba más su esquelético toroso, y esa pálida y marfilada piel, levanto al cabeza agitado, no llevaba su ostentosa peluca negra, y mirando hacia arriba dejo ver todo los huesos de su cara, y su largo y delgado cuello que se estiraba mostrando aquella cabeza sin ningún rastro de tener cabello, aquella mirada sin cejas, sin maquillaje, sin pestañas… sin nada, aquel rostro vacío, aquéllos grisáceos y secos labios gruesos, y su penetrante mirada oscura, aquellos gigantescos ojos que algo ojerosos la miraban sin pestañear.
Vistyn  lo miro entristecida, y se sentó junto a él, eran totalmente contrastados, ella era tostada y el blanco y la extensa melena de Vistyn parecía una burla a aquella cabeza sin ni siquiera cejas.
Vincent la miro como una bestia salvaje intentando mostrar fuerza intentando evitar que se notara todo el dolor que estaba sintiendo, pero vistyn sabía comos furia, notaba el sufrimiento de su hermano, y notaba el cuanto le quería, a veces soñaba con curarlo, soñaba con lograr que se quisiera a si mismo, y que de una vez por todas viviera en paz, quizás entonces él fuera un hombre fantástico, toco cuidadosamente la enredadera del brazo, y beso una de las rosas marchitadas que se veían estampadas en el brazo, al besarlas vincent no pudo evitar jadear, la rosa se volvió abrir mostrándose más azul y más grande que nunca, los besos que Vistyn en el esquelético brazo de su querido hermano, iban curando aquella triste enredadera convirtiéndola en una especie de tatuaje rodeado de preciosas rosas azuladas, Vincent estirado en el suelo totalmente sedado por aquella paz, jadeaba y gemía, sus ojos entre cerrados dejaron caer una lágrima, realmente solo Vistyn lograba hacerle sentir paz.
Durante unos segundos todo su cuerpo dejo de dolerle, como amaba a su hermana, como la necesitaba, y èl odiaba necesitar a alguien.
Vincent, no quería hacerle más daño, pero no pudo evitar tocar sus labio y besarlos, le dolía perderla, pero sabía que no podía ser solo suya, o quizás si.
Vistyn dejo que su flaco hermano la rodeara con los brazos, mientras Vincent le miraba a los ojos y afirmo con un tono algo duro:
- Eres mía.
Vistyn aparto la mirada, se quedo mirando al suelo, pensando en Faris, ella lo sabia,  jamás podría ser completamente de otro, Vistyn era de Vincent, ella era su medicina, ella era su mascota, siempre había sido así, como iba a lograr salir de aquella citación, le parecía algo insostenible, ella solo podía ser de Vincent. Noto como se le partía el corazón.
Vincent sin permiso la agarro de la cabeza y la beso intensamente, y Vistyn sintió el dolor, la pasión y la dureza de vincent, sus besos no eran como los de Faris, dulces y suaves eran pasionales fríos y salvajes, el carácter doliente de Vincent dejaba a Vistyn totalmente sometida en una relación absorbente y algo vacía, pero sentía que aquel era su verdadero deber y no podía escapar de aquello.
Vincent disfrutaba sin más de aquella cura, de su medicina, de su vida de escape,  desnudando a su querida y frágil hermana, dominado su mente con frialdad y calculo, obligándola y sometiéndola a aquello.
Vincent disfrutaba tanto poseyendo a su querida hermana, en esos momentos mientras estaban en la cama, Vincent decidió que no quería que fuera de nadie más, lucharía por quedarse la, ella era solo suya.




Capitulo 7 -No todo lo que brilla es oro- (1/2)


 CAPITULO 7
No todo lo que brilla es oro.

Después de aquel fantástico fin de semana juntos, volvieron a sus vidas, la acompaño hasta enfrente del circo, la muchacha bajo de la furgoneta casi flotando, notaba la fantástica experiencia de esos días incluso en sus movimientos, ellos tenía algo tan especial, que lograban vivir totalmente en armonía al estar juntos. Vistyn se acerco a la ventanilla y le beso apasionadamente,  no le importó si estaba allí Vincent o si los veían, jamás había querido a nadie tanto y no deseaba  ocultarse. Su madre paso cerca y sonrió al ver a su hija con un chico.
Vistyn tras el beso cargo del maletero su mochilita y se despidió con la mano, mañana se verían otra vez en la universidad, confiaba plenamente en ese muchacho, jamás se había sentido así con nadie, Vincent siempre habia sido puro juego, puero obsesión, y un mal vivir constante, respiro hondo y se dirigió hacia su caravana, Faris pito dos veces mientras se alejaba, eso la hizo sentir a gusto, llego de la larga excursión cansada, empezaba a pensar que quizás aquellos poderes que escondía tan sigilosamente, eran algo más importante y menos únicos de lo que creía, pensó en la chica halada, en su hermano y en Faris .
Al entrar en la caravana noto aquel frío, aquella glaciación, levanto la mirada, asustada y dolida, allí frente a ella esta Vincent , sentado en un silla, con aire juzgante, la miraba enfadado, castigándola con la mirada, parecía asentir que ella era suya.
Vincent se levantó dejándole la silla Vistyn libre, ella entendió rápidamente la ordén y  se sentó cuidadosamente como un perro muy bien educado, mantuvo la cabeza gacha, durante unos segundos, él la miró duramente, sin apenas decir nada, Solo la miraba juzgante.
Vistyn noto un nudo en su estomago, realmente se sentía mal, ella jamás se había separado de su hermano y ahora se sentía muy culpable, siempre era él, el único que podía irse y jugar con otras personas, ella siempre se quedaba en casa esperando, ahora tenía alguien que amaba, no quería seguir con ese juego, pero aunque él siempre le hacia daño, ella no podía evitar sentir aquella malsana atracción empezó a llorar en silencio, estaba sentada junto a su ordenador en la caravana, intentando no pensar en todo aquello, Vincent estaba allí mirándola con desprecio, como hacia siempre, estaba cada vez mas encorvada, haciendo con su cuerpo una pequeña bola, sintió un gran dolor de cabeza, provocado por aquel silencio incomodo, la invasión a su intimidad que Vincent lograba hacer era tal, que a veces le asustaba, quien tomaba las decisiones de su vida, ella o él.
A veces le daba la sensación de que ella era solo la marioneta de Vincent, intentó mirarlo de reojo, y la mirada del muchacho la dejo magnetizada, se quedaron mirando el uno al otro, su cabeza le dolía cada vez mas, hasta que una lagrima de dolor callo de sus ojos.
-Eres despreciable. - murmuro Vincent mientras le apartaba la mirada para salir por la puertecita de la caravana.
Vistyn sintió el impulso de arrastrase tras él, lamentaba ser tan despreciable.
pero le dolía demasiado la cabeza como para moverse, solo logro gritar:
-ESO!! Vete y no vuelvas!!
Al decir eso se tapo la boca y empezó a llorar.



Faris conducía sonriente, aunque siempre había mantenido la esperanza, le parecía tan increíble que hubiera conseguido conocer a su sirena, y que pudieran estar juntos, parecía todo tan sencillo, fue algo casi inmediato, al principio le dio miedo todo aquello, pero después de estar juntos en la cala, sentía que eso no se perdería nunca, era para siempre.
Estaba contentísimo, hasta que algo irrumpió en su mente, de pronto sintió que su corazón se partía, sintió la soledad de Vistyn, tubo que frenar el coche, ya que aquel dolor erá algo insoportable, noto literalmente sus vísceras removiéndose y como el corazón se partía en pedazos, sabía que aquel era el sentimiento de vistyn, las lágrimas empezaron  brotar de sus ojos. Faris intento calmarse, pero aquellas lagrimas erán algo incontrolable.

Dió dar marcha atrás, y se dirigió hacia el circo, freno un poco antes, y aparco en una pequeña explanada del campo, corrió hasta la caravana de Vistyn  y con máximo  sigilo entro en ella, ahí estaba Vistyn tirada en el suelo llorando.

En el rostro de la muchacha habían parecido 4 puntito en cada lado del moflete, Faris se asusto al notar aquella fuerza en ella.
Vistyn intento hablarle, pero  apenas podía respirar entre llanto y llanto.
Faris todavía con lágrima en los ojos la cogió en brazos, y la llevo hacia el coche, Vistyn apenas intentaba evitarlo, solo quería huir de allí, se cruzaron con Lee ri que los miró en silencio, al ver a Faris se quedo fría como el témpano.
Algo helada se acerco a la pareja, y mirando los ojos de faris, le toco la cara.
Faris noto algo familiar en ella ¿quién era esa chica?
- Me la llevo esta… muy triste. Intentaré que se anime en casa.
Faris dio aquella explicación hablando lento, intentando apartarse de la mano de esa chica, algo asustado se alejo hacia el coche.
Lee Ri asintió sin apartar la mirada.

Faris se alejo en coche a toda velocidad, no sabia a donde dirigirse, realmente no podía llevársela a casa de sus padres, llamo a casa con el manos libres, diciéndoles que se retrasaría en su viaje, y volvería unos dias  más tarde.
Paró el coche y intento calmar la llorera de Vistyn, que hecha un bola estaba sentada en el copiloto, llorando en silencio, sus lagrimas algo densas, caían de sus ojos rosados sin lograr parar.
Faris  no tenía claro que estaba ocurriendo solo sabia que había sentido aquel lamento, jamás había sentido una pena de manera tan intensa, no podía imaginar que  tras aquellos llantos había un persona manipuladora y fría que aprecia tenerlo todo calculado.
Cuando sintió que Vistyn aflojaba el llanto, llamo a la única persona que podría ayudarle, la única persona a la que se atrevería a llamar a esas horas.
- Ray?... Lo se es tarde…. No grites tío, …si no fuera algo jodido no te llamaría…. Si..lo se…si- Vistyn algo más calmada, pero sin poder parar de llorar miro a Faris sorprendida, intentado averiguar quien era, y que decía.- mm..te acuerdas de la sirena? …si Vistyn… necesitaríamos pasar la noche en tu casa…esta algo jodida… y nos iría bien estar un poco al margen de ..
no grites… joder, tío, no grites…
Colgó el teléfono, y sonrió. Arranco el coche en silencio mientras Vistyn mucho más  calmada miraba por la ventana, realmente se preguntaba porque su hermano lograba hacerle  sentir tan despreciable?... porque había vuelto? Se había sentido tan libre aquellos días sin él, pero era su hermano y debía saber aguantarlo, ella le amaba,  le quería muchísimo, y sabia que era la única que era capaz de humanizarlo, lograr que a veces fuera más bondadoso, ello podía cuidarlo, ella curaba todas las heridas que  se hacía cuando usaba sus hechizos y poderes, que haría él sin ella?
 La necesitaba, a veces creía que a completamente de él. Durante unos segundo deseos que Vincent no existiera, o que incluso muriera.
Al pensar aquello las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.
Pronto llegaron  a la lujosa casa.
En la las escaleras del porche estaba Rayjin tomando un té caliente, cubierto por un grueso albornoz, Rayjin odiaba el frio con todas su fuerzas, y empezaba a estar profundamente enfadado por aquella larga espera de máximo10 minutos que se había obligado hacer esperando a  sus invitados.
Faris bajo del coche y Ray le grito:
-Aparca en el garaje, tenemos plazas.- bajo los escalones dejando la taza en el suelo, y marco un código en la puerta de garaje que se abrió rápidamente, permitiendo así que Faris entrada el coche en el piso.
Las nubes estaba cubriendo el cielo pronto llegaría una clásica  tormenta británica.
Rayjin entro junto con ellos, dejando abandonada la taza fuera, en algún momento alguno de los sirvientes se ocuparía de aquel pequeño detalle.
 Faris bajo rápido del coche, y ayudo a  salir a Vistyn.
Rayjin le sonrió y con una voz algo de niño se presentó:
-Rayjin! Encantado!- a veces lograba ser verdaderamente muy entrañable.
Gracias a esas reacción tan esporádica, Vistyn no pudo evitar que se le escapara un sonrisa, subieron los tres juntos hasta el comedor, donde Fujin estaba junto al ordenador estudiando, rodeado de libros, y apuntes.
Se levanto y se inclino cortes mente, como si aun siguierán viviendo en Japón y acabarán de llegar unos importantes invitados, cogió una sills y la  colocó justo cerca de la muchacha para que lograra sentarse.
Se sentaron todos alrededor de la mesa, menos Fujin que se inclino otra vez suavemente, y murmuro:
- Voy a preparar más te, alguien más quiere- Rayjin negó rápidamente con al cabeza,  Vistyn levantó la mirada aun algo llorosa.- te para ti, chica? Si quieres tengo te de fresa. Seguro que te gusta.
Vistyn sonrió, no sabía quien era esa gente pero se sintió cómoda , acogida, y resguardada. Jamás la habían tratado así de bien.
Rayjin no paraba quieto en la silla, algo tenso por la situacíon no acaba de encontrar el momento ni la posición en la que quedarse quieto. Vistyn le miro algo perpleja, intentando secarse las lágrimas. El muchacho al ver que está le miraba, se quedó helado, con los ojos muy abiertos, aunque era asiático logro abrirlos de un modo sorprendente, se quedo completamente paralizado, intimidado por la mirada de la chica, de pronto solto:
- y porque lloras— sonaba a una pregunta de un niño, sorprendido por todo aquello inocente preguntaba sin vergüenza, Faris lo miró  sorprendido. Y fujin  la cocina no pudo evitar aguantarse la risa. A veces Rayjin resultaba verdaderamente directo y indiscreto.