ellos

jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 8 -Al margen de todo



CAPITULO 8
Al margen de todo.

Andaba sola por al calle, estaba algo desaliñada, Hye Sun habían pasado tres días durmiendo en cualquier lado, aquello nunca le había importado demasiado, era capaz de sobrevivir a cualquier situación, para ella era fácil dormir en cualquier lado, pero estaba sola, y era absolutamente conciente de ello, su vida jamás había sido cómoda y práctica, de pequeña vivió con su madre en corea, y allí vivieron en uno de los barrios más abandonados, conocía perfectamente lo que era la verdadera pobreza, durante los demás  años, en Japón, vivieron cercanas al lujo, aunque su madre era la plebeya que cuidaba de los hijos de los ricos, siempre tuvieron todo lo que deseaban, y pudieron vivir en una lujosa casa, se sentía agradecida, pero  aquel ultimo año, apenas podía intentar recordarlo, tenia un vacío, estaba completamente en blanco, sin  sus amigos, sus queridos amigos se  habían alejado de ella, y ella intento localizarlos por todos sus medios, pero no lo logró, estuvo haciendo cosas que jamás hubiera pensado que haría, y se sentía sucia, sola y perdida, pero al finalmente se había escapado de allí, pero en aquel entonces no sabia demasiado hacia donde debía dirigirse, se consolaba pensando en que su inglés algo patético estaba mucho mejor de lo que ella esperaba, aunque no tenía mucho vocabulario, su pronunciación era lo suficientemente correcta para que la gente la entendiera y guiara, cada vez que tenía que preguntar algo recordaba a Rayjin, y sonreía, al recordar el fatídico ingles del muchacho, como debía estar pasándolo?
Esperaba que su inglés hubiera mejorado mucho, que pudiera tener gente con la que hablar…
Andaba dirección hacia Chinatown , cerca de soho, donde tenía esperanzas de encontrar algún trabajo y sitio dónde dormir, aunque no tenía muy claro por donde, estaba cansada, quizás eran demasiados días sin una buena ducha, demasiados días sin sentarse delante de una estufa a mirar la tele, solo había podido asearse en un fuente, pero el frío de Londres había logrado que desistiera, estaba cansada de cargar con sus bolsas, y aun más agotada de tener que dormir casi con los ojos abiertos por miedo a que le robaran las cosas, una chica asiática sola, era demasiado apetitoso para cualquier ladrón.
Al legar a aquel pequeño  barrio, se sintió como en casa, echaba de menos leer chino, aquellos carteles, los colores, aunque el barrio era realmente pequeño, le encanto estar allí.
Siguió andando sin perdida, y se adentro e el cercano barrio de Soho, allí sintió como el corazón se le encogía al conocer un  bonito cartel en su idioma natal, una pequeña calle, al salir de soho, cerca del teatro donde daban en ese momento “We well rock you”, un famoso musical, estaba llena de tiendecitas de alimentación coreana, pero aquella pequeña tienda, realmente logró llama su atención,  entro cautivada en aquel pequeño restaurante, en 9 D'Arblay,  un precioso  y gigante  cartel con el nombre Nara Nara traducido en inglés y al Hangul, una muchacha joven le atendía sonriente, Hye sun preguntó e un perfecto coreano si buscaban a alguien, ya que ella necesitaba trabajo, así fue como a las pocas horas ya tenía un trabajo, en el que se sentía a gusto y agradecida.
La muchacha, su compañera de trabajo le dio un teléfono, ya que sabía de un pisito, la chica le comento que era algo pequeño y que  se encontraba en el Shepperton  un pueblo de Londres,  estaba algo lejos, pero  eran precios económicos, y la persona buscaba urgentemente a alguien para alquilarle el piso, al terminar su primer día de duro trabajo en el que Hye Sun había tenido que aprender una gran cantidad de información nueva, Estaba agotada, los primeros días de trabajo siempre deberían cobrarse doble, aprender y trabajar a la vez es un tarea a veces dura, pero Hye Sun estaba feliz de ver que las cosas ibán cogiendo un rumbo,  se dirigió a paso ligero y algo cansado, hacia la dirección que la muchacha le había indicado, iba con un mapa roto en la mano, en tres dias había logrado destrozarlo, pero cada vez lo tenía más memorizado, y se sentía orgullosa de poder avanzar sin mirarlo cada 5 segundos.  Llego a la dirección, cuando ya estaba adentrada la noche, y se encontró con una amble señora que le esperaba en al puerta, la anciana que le contó que tenia ese piso antiguo y solo, estaba dejado de la mano de dios desde hacia demasiados años y deseaba tener a alguien allí viviendo, Hye Sun a ver aquel pequeño y destartalado, lleno de muebles viejos, se sintió enseguida a gusto, y le entrego a la señora la paga del primer mes y se quedó fascinada con su pisito, era pequeño pero ella con eso tenía más que suficiente, para ella era prácticamente un palacio.

Estuvo echada en aquel viejo sofá, mirando a través de la ventana, el paisaje era algo desolador , las fabricas de robótica se venían a lo lejos y humeaban sin fin, Hye Sun se levantó y bajo la vieja persiana de madera,  se sentó apoyada en la parte interna del marco de la ventan, y sintió como se perdía en sus pensamientos, que haría ahorra con su vida, ya tenía un trabajo, ya tenía casa, que debía hacer entonces?
Miro a su alrededor, por fin podría dormir en una cama, aunque le esperaban unos días de muchísimo trabajo, aquel piso necesitaba una mano de pintura, quizás dos, erá realmente urgente, miró  aquellas paredes grises y envejecidas, observo desde la ventana en silencio aquel pequeño comedor con un sofá antiguo junto  a la ventana ahora cerrada que dejaba entre pasar pequeños rayos de luz de la nocturna y luminosa zona de fabricas, miro aquel suelo, enmoquetado, y pensó que deseaba sacar aquella moquea cuanto antes, no entendía como los ingleses podían vivir con la casa llena de moqueta, estaba claro que en cuanto tuviera tiempo y un poco de dinero tendría un suelo de parquet para poder andar descalza como en su vieja casa, una tele vieja estaba junto al sofá, rió al darse cuenta de que era tan antigua que ni siquiera tenía mandos, era de madera, cuantos años debía tener ese televisor?
Del comedor, que estaba casi enganchado al recibidor, se pasaba  a un pasillo estrecho y oscuro que daba a dos puertas en su lado derecho y una puerta al fondo del pasillo, las dos primeras puertas, eran una cocina de gas, al menos más luminosa que todo lo que había  visto hasta el momento, y con una decoración del siglo XVIII, le pareció bucólico tener una cocina tan antigua, busco con mirada y sonrió al comprobar que no había microondas, una vida sana a la antigua, que hermoso, estaba realmente emocionada con su casa, entro la siguiente puerta, era un pequeño baño, solo con ducha que daba a otra puerta donde estaba la habitación aun  más pequeña con el lavabo, en es habitacioncita, había otra puerta, la abrio y se encontró con la pequeña habitación, la habitación tenía dos acceso desde el el baño o desde la puerta del final del pasillo, la habitación estaba completamente vacía, solo tenía un colchón viejo en el suelo, y una cómoda aun más antigua, ahora entendía porque era tan barato el piso. Sonrió al pensar que al menos tenía dinero ahorrado y podría arreglar todo aquello.
Hye Sun era muy espabilada podría con todo.
En una libreta esbozó el plano de  como tendría el piso, y hizo una lista de todo lo que necesitaba, debía comprar pinturas,  un armario, una tele, y un fotón.
El día siguiente se despertó y fue a pronto a por  todo,  como era nórmal en ella a los pocos días ya tenía la casa completamente arreglada, Hye Sun era de las personas más enérgicas y trabajadoras del mundo, había arreglado todo, y ahora las persianas subían y bajaban rápidamente, el comedor pintado de color amarillo verdoso daba luz a la sala, y el sofá estaba cubierto con una funda infantil que ya no daba aquel aspecto tan fúnebre a la casa, y una televisión plana de segunda mando estaba frente al sofá además había comprado una estantería antigua preciosa en el mercadillo donde había dejado todos su libros, aunque no había podido  traer demasiados, tenia pensado poder hacerse  con bastantes y poder ir llenándola, el pasillo también era de color amarillo iluminado así la casa, la cocina la dejo tal cual, solo se dedico a limpiar, y lo mismo hizo con el baño. La habitación disfruto arreglándola, la empapelándola con una papel antiguo que quedará bien con la gigante lámpara central,  de color granate y gris, le daba a la habitación un aire anticuado pero agradable, arreglo la cómoda, y le curo la carcoma,  busco un armario que quedara bien con aquel mueble antiguo. Tiro el colchón y acabo comprando una cama en vez de un futón, así fue como Hey Sun en menos de 15 días estuvo instalada en Londres, trabajando todos los mediodías y las noches en aquél pequeño restaurante.
Hye sun a su manera se sentía liberada, aunque se sentía algo sola.
Apenas hablaba con nadie más que con los clientes que iban a comer al restaurante
No sabia como lograría sus objetivos, no sabia como lograría encontrar  a su amigos, Hye Sun se sentía  feliz pero nunca lograba olvidar para lo que había ido allí, donde estaban sus amigos?

Hye Sun se despertó temprano, mucho antes de que sonara el despertador, y recordó a Lee Ri, ese día sintió la necesidad de salir a ver el amanecer, aun en pijama cogió las llaves del piso y calzándose con sus botas sin apenas abrochar, salio por la puerta, cerrándola cuidadosamente, sintió el frío de la calle mientras bajaba por las escaleras, pero salio a la calle, y allí espero a que el sol saliera. Al ver el amanecer sintió que aquel era su sitio, que tras años de sentirse sola, al fin había encontrado un lugar, sabia que allí lograría algo. Al fin sería alguien.

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Todas las mañanas aquella rutina, pensó para si misma, Lee Ri acostumbraba a levantarse a ver el amanecer todos los días, estaba enamorada del sol y los colores que le ofrecía el alba, para ella era de las cosas más bonitas, poder despertarse cada mañana, y salir al campo a observar el amanecer, agradecer cada mañana poder seguir viviendo feliz en aquel mundo tan bonito.
Durante su infancia y adolescencia había visto el amanecer de miles de lugares, y ahora por fin estaban quietos, cada mañana disfrutaba del dulce amanecer de Inglaterra, y aquello la hacia sentir muy feliz, era su sueño estar en un lugar fijo y dejar de viajar sin rumbo. Además que aquel hermoso paisaje y el color grisáceo de Londres le parecían acogedores y dulces. Lee Ri estaba agradecida de poder quedarse al fin en un lugar fijo.
Salió al patio descalza y aun en pijama, se sentó en la hierva, helándose por el frío de la madrugada y sintiendo como la rosada se clavaba en sus huesos, cerro sus ojos y inspiró, al ver salir el sol se sintió agradecida de poder ver otro amanecer en aquellas tierras.


Durante su tradicional meditación Lee Ri estuvo un largo rato reflexionado sobre aquel muchacho, Faris, como un muchacho totalmente desconocido le recordaba tanto a alguien, se había sentido totalmente apenada al verlo, y eso hizo que el corazón se le acelerara, no estaba preparada para aquello, intento dejar de pensar en aquello, pero sabia que algo sucedida con aquel  muchacho, que iba hacer ella? Como podía lograr saber que sucedía, lo sentía muy cercano, como si fuera de su familia, y eso la desconcertaba, dejo de meditar y se levantó inquieta, como podía solucionar aquello?

Lee Ri era una chica simple, sencilla, de gustos simples y llanos, su sueño era poder vivir como alguien normal, había pasado una larga infancia entristecida intentado recordar algo, intentado encontrar la pieza en el puzzle que le faltaba, siendo así cada día mas débil, y notando cada día la ausencia de algo que había perdido o dejado de lado, su familia nada le aportaba, el circo de los sueños en el fondo era su pesadilla, por lo que ella solo anhelaba poder escapar de allí, romper con aquello y al fin encajar la pieza, en aquel  instante supo que parte del ropecabezas que llevaba toda la vida torturándola acababa de plantarse frente a ella, Faris no solo era un muchacho, faris era algo mas que todo aquello.

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