ellos

sábado, 8 de enero de 2011

Capitulo 1 -La ultima primavera en Tokio- (2/2)


 Capitulo 1 -La ultima primavera en Tokio- (2/2)
    
Rayjin cruzo el largo pasillo que llevaba hasta las escaleras, desde allí se accedía al primer piso, y a la vez al recibidor, desde allí podría ir hacia su moto, pero el destino no tenía pensado dejarle marchar tan fácilmente, mientras cruzaba enfurecido el pasillo, una puerta se abrió de pronto, y de ella salio Hye Sun a toda prisa dirección hacia la salida, poniéndose en medio del camino del muchacho, que la empujo enfadado, Hye Sun cayó al suelo, pero Hye Sun era especial, y si ella caía, caían todos, así que se agarro a las piernas de Rayjin provocando que cayera de bruces al suelo, Rayjin en ese instante sintió el impulso de matarla, se giro mientras se incorporaba con ganas de pelea, y se encontró a Hye Sun  sentada en el suelo, riéndose, Hye Sun era enana, tan gordita que había sido de pequeña, ahora se había quedado en un saco de huesos, era pálida y chiquitina, llevaba sus pelos negros ondulados despeinados atados en un intento de llevar una coleta a un lado, llevaba la cara llena de harina, la camiseta apenas se veía también cubierta de harina, y unos pantaloncitos cotos tejanos cubrían sus piernas flacas, toda ella estaba rodeada de una atmósfera harinosa, mientras no paraba de reír agitando con las manos una bolsa de harina claramente recién reventada, Rayjin la miro despistado, solo ella podía reírse de esa situación, acababa de rompérsele la bolsa al caer, y no le importaba, Rayjin se sintió culpable, pero no supo decir nada mejor que un;
-¡Niñata! ¡sino te pusieras siempre en medio no te caerías por los sitios!
-¿a dónde vas?- le dijo ella ignorando sus malas contestaciones.
-No te importa.- Le dijo mientras apartaba su mirada, estaba arrepentido por lo que acaba de hacer, pero demasiado enfadado con todos como para decir más.
-Ah! No vas a ningún lado concreto?- Hye Sun sonrió, tenia la boca con los dientes algo torcidos, pero su sonrisa era muy dulce- pues ahora ya si. Me vas a acompañar a comprar un saco de harina, sino mi madre me mata… Y por cierto mientras yo me cambio…limpia esto, capullo.
Hye Sun Se levanto expulsando de su ropa toda la harina, intento sacarse la del pelo pero parecía una tarea bastante complicada.
-Pero quien te has creído que eres enana! Eres un melocotón insolente. Soy  el heredero de todo esto no puedo malgastar mi tiempo barriendo o hiendo a por harina!
-¿Perdona?- Hye Sun se giro ofendida- tu has roto el saco así que hazte cargo.
-Tú! Y tú poco equilibrio habéis roto el saco, yo solo paseaba por MI casa! Deberías andar con mucho más cuidado!
Hye Sun se quedo callada, reteniendo la rabia, hasta que no pudo más y tubo que soltarlo todo, hablaba a una velocidad en la que no se entendía apenas nada, estaba tan enfada que incluso algunas palabras se le escaparon en coreano.
-¡¡¡QUE!!! Pero quien narices te crees!! Me has tirado al suelo maldita sea Rayjin coge la jodida escoba y barre esta mierda, que yo ya me encargaré de ir a comprarla. No quiero verte- Hye Sun se giro indignada y bajo las escaleras sin voltear la cabeza, Rayjin sentía rabia, pena y cansancio.
Sabia que había sido culpa suya que Hye Sun cayera, pero odia el carácter engreído de la muchacha, siempre lo dejaba desconcertado.
Miro la harina, la observo durante unos segundos, dudando si debía recogerla, pero de pronto se sintió imbécil y estúpido al dejarse dominar por el carácter de un melocotón engreído.

Bajo las escaleras aun más enfadado de lo que ya estaba antes, ya no recordaba que sus padres venían pronto, solo sabía que estaba muy enfadado.
Subió a su moto, y la puso en marcha, vivían en las afueras así que una larga carretera de curvas le esperaba antes de llegar a la ciudad.
Seguramente si hubieras sabido que ese mismo día llegarían sus padres no hubiera rechazado pasar una tarde con su amiga, durante todos esos años, Rayjin recordaría su ultimo trompazo con Hye Sun, y lo añoraría.


Hye Sun subió al altillo, donde ella y su madre se hospedaban, su madre era la ama de llaves y había sido también la niñera la familia Yamaguchi, según su madre les debían mucho, los padre de Fujin y Rayjin, eran altos cargos del clan Yamaguchi , así que todos los que trabajan allí tenían algo que ver con los Yakuza.
 Hye Sun nunca conoció a su padre, solo tenia un foto de su madre y su padre de jóvenes, él era Japonés, un Yakuza de ese clan, que cuando murió acogieron a su esposa coreana en la familia, Hye Sun nunca lo conoció pero su madre siempre le contaba historias maravillosas sobre su padre, que le hacían desear conocer ese mundo, Hye Sun siempre iba con Fujin a las reuniones familiares, deseando saber más e introducirse en ese mundo, Rayjin era el heredero directo de todo aquello y junto con su hermano tendría que llevar, a la larga el linaje de ese clan, cuidando que los negocio en el Europa siguieran todos en regla, pero eso era en el futuro, o eso creían.
Fujin  estaba estudiando para ser un abogado, lo encontraba un tapadera útil, además que desde siempre había querido alejarse de los negocios turbios de sus padres, solo ayudar pero no mancharse las manos, aunque desde muy pequeño fue instruido en el mundo de las arte marciales y las armas Fujin nunca quiso usar su poder. Rayjin estudiaba políticas, lo odiaba, Rayjin quería ser músico, desde siempre adoraba la música clasica, el piano y el villoncello, su deseo era ser director de orquestra, pero eso le daba vergüenza admitirlo, le parecía vergonzoso tener un sueño tan volátil, además que su poca capacidad de estudios y de concentración no le permitirían jamás destacar en aquel oficio tan difícil, ese era su secreto.
Rayjin desde muy pequeño fue un experto en Kenjutso y el Kendo, aunque nunca quiso saber nada sobre las armas de fuego, las odiaba.
Hye Sun estudio con ellos artes marciales, y deseaba poder ser útil, estaba agradecida por todo, por haberlas acogido en aquella gran familia, por los estudios que le habían facilitado hasta entonces, era incapaz de ver aquella familia como lo que realmente eran, mafiosos.

Hye Sun busco en su armario algo de ropa fresca para cambiarse, y cogió un vestido azul clarito sport, se ducho ágilmente, y salio dispuesta a barrer el harina, sabía perfectamente que Rayjin habría sido incapaz de hacer aquello, así era él, al llegar en el suelo aun habían montañas de harina, Hye Sun refunfuño mientras barría.
Pronto unas manos frías y hermosas rodearon las suyas, Hye Sun las reconcomio enseguida, y antes que levantara la cabeza del suelo, esa voz tan especial le murmuro:
- ¿Qué has hecho ya pequeña?- al levantar la cabeza vio un Fujin algo entristecido, este sujetaba la escoba, sin decir nada intento quitársela, los movimientos de Fujin siempre eran calmados, lentos y con mucha armonía, parecía que una aura de calma lo envolvían, Hye Sun intento evitar que él barriera, pero no tenia nada que hacer  ante la fuerza mental de Fujin, se quedo parada mirándolo, él empezó a barrer y siguió hablando- Hoy estoy triste Momo-chan. Crees que podrías acompañarme a la ciudad, quiero comer Ramen, en algún parque, y mirar las estrellas. ¿Podrías hacerme feliz?
Levanto su cabeza y le sonrío.
Hye Sun siempre se sentía feliz con ellos, no podía imaginarse un mundo sin aquella burbuja desde la que miraban el mundo, lo miro sorprendida, Fujin no era de los que te mostraba sus sentimientos a menudo, así que posiblemente estuviera mucho más triste de lo que aparentaba. Le contesto algo tímida intentado evitar que se notara que estaba preocupada por él:
- Me va de maravilla Jin-Kun, tengo que ir a por harina, tu hermano me ha roto un saco, y ya conoces a mi madre…- Fujin la observaba mientras seguía barriendo, ella se puso colorada, le miraba como si aun tuviera algo más que decir, pero no se viera con valentía de contarlo.
A Fujin se le escapo un sonrisa, Hye Sun le parecía adorable, y la conocía demasiado bien, por como estaba mordiéndose el labio, y por como escondía su pie derecho tras la pierna izquierda, mientras se tocaba el pelo nerviosa con una mano, se dio cuenta de todo, quería pedir algo y estaba preocupada, Fujin siempre agradable quiso aligerar el asunto.
- Voy a ponerme algo digno para ir contigo a cenar, ¿te parece Momo-chan? Ponte tu también guapa, hoy además, el día lo merece, iremos a Tokio en el descapotable azul que tanto te gusta.- No le dejo tiempo para reaccionar, Fujin sonriente y esperanzado fue directo hacia su habitación, esa sería un gran noche.

Fujin se cambio bastante rápido, no quería hacerla esperar, a Fujin no le gustaba fardar llevando ropas caras, o trajes, acostumbraba a vestir con gusto pero sencillo, todo lo contrarío que su hermano, ese día se había puesto una camiseta gris, sobre la cual llevaba una chaqueta larga deportiva negra de lino, tapaba su cuello con un pañuelo azulado de seda, del mismo color que sus pantalones, llevaba siempre zapatos acabados en punta, ese día llevaba unos de color blanco rotos.
Fue hasta el coche, allí se apoyó en él a esperarla, sabia que no tardaría demasiado.
Y así fue, prácticamente al mismo tiempo llego ella, llevaba un blusa rosa pastel, de corte clásico ajustada, llevaba unos pantaloncitos grises que asomaban por debajo de la blusa, sus finas prietas salían del pantalón, algo torcidas, y tímidas, como intentado esconderse de las miradas, y en sus pies unas botas camperas rosadas, miro a Fujin sonrojada y dijo:
- No tenia nada mejor que ponerme, ya sabes que las faldas y los tacones…no somos amigos…- se disculpaba mientras se toqueteaba la melena ondulada que esta vez llevaba suelta.- no… podía arreglarme más…
-Estas muy guapa- Fujin adoraba a Hye Sun cuando justificaba todo lo que hacia. Mientras decía eso, abrió la puerta del coche, y la invito a sentarse.

Al salir con él coche en dirección a la carretera, se cruzaron con Rayjin, que andaba junto a su moto, iba todo hecho un harapo,  posiblemente se había peleado con alguien, o se había caído de la moto en alguna carrera, Fujin resoplo y freno en seco, Hye Sun intentaba mirar disimuladamente desde el retrovisor como estaba el chico, Fujin dio marcha a tras, y se puso frente a su hermano, que paro junto a ellos y los miro exhausto:
- ¿Que coño miráis parejita de idiotas?
- Miramos a un idiota.-Fujin le contesto fríamente, y siguió hablando con un tono más suave- ¿quieres venir con nosotros a tomar Ramen?
-Así seremos tres idiotas- Siguió Hye Sun sonriente.
Rayjin se miro el aspecto en  el retrovisor de su moto, se limpio un rastro de sangre que llevaba en el moflete, y luego miro el estado de su ropa, la chaqueta estaba algo rota, pero no le importo.
-¿Esperáis que deje los trastos y coja otra moto?- a veces la voz de Rayjin parecía inocente, la de un niño esperanzado.
- ¿qué cargas en la moto?- Hye Sun se asomo por la ventana del deportivo para acercarse ha Rayjin y ver mejor que era lo que tenia que dejar, sobre la moto llevaba un saco enorme de harina, y el casco, algo magullado.- Has comprado harina!!!- Hye Sun no podía creerlo, Rayjin hacinado cosa por los demás, parecía un sueño.
- No he comprado nada niñata, y no te preocupes por mi, estoy perfectamente, solo que sobre la moto aparte del saco hay un casco destrozado, pero sí sí, estoy bien.
Al escuchar eso, Hye Sun se avergonzó de no haberse preocupado por lo del casco, se tapo la boca, sabía que había hablado de más, seguramente Rayjin se enfadaría por ello.
- Y…Y…- Rayjin estaba enfurecido odiaba que los demás se diera cuenta de sus preocupaciones, encontraba vergonzoso el arrepentimiento, y a menudo se arrepentía de sentir todo lo que sentía.- El saco me lo encontré!
Fujin no pudo evitar carcajearse de la respuesta de su hermano, le encantaba observar como acostumbraba a dejarse en evidencia, durante unos segundo todos se quedaron en silencio, Fujin contestó rápidamente, intentando romperé el hielo:
-Anda, sube a cambiarte y calla de una vez a este paso desayunaremos en vez de cenar. Además mientras subes y bajas  podemos ir a por un coche con 4 plazas, no estas como para andar conduciendo, parece que te hayas caído pro un barranco.
Hye Sun seguía callada avergonzada, esperando la respuesta el furioso Rayjin.
-La verdad es que no me apetece, subiré a dormir. Pasadlo bien.
Dicho esto tiró el saco de harina al suelo, dejándolo allí en medio, y se marcho directo hacia la casa.

Durante unos minutos Hye Sun y Fujin estuvieron callados dentro del coche, en un completo ambiente de tensión algo desagradable, Hye Sun se sentía mal, sabía como era Rayjin pero no dejaba de cometer errores, sus caracteres a veces eran incompatibles, se querían mucho pero era inevitable que se pelearan, se sintió apenada, normalmente sus piques, sus enfados y rabietas no tenían importancia, pero ese día se sentía mal, se sentía triste.
Fujin la miraba, y observaba, notaba su preocupación y eso le angustiaba, se levanto sin decir nada, salio del coche, y cogió el saco, Hye Sun estaba pensativa apenas se había dado cuenta de que Fujin había salido del coche, se asomo por la ventana junto a Hye Sun y le dijo;
- No dejes que sus enfados te afecten, ya lo conoces. Voy ha dejar el saco en la cocina, y vuelvo, creo que hoy ambos necesitamos  esa cena.
Le guiñó un ojo y cargo con el saco.
Hye Sun se quedo en el coche pensativa, jugueteando con un bolígrafo de la guantera durante unos instantes imagino y soñó, dejo de pensar en ese mundo y voló hacia un mundo de hadas, cogió una vieja factura que había en el coche y en la parte trasera del papel se uso a dibujar un hada de pelo gris y largo, en su rostro habían sombras de nubes, estaba triste y solo, en un bosque. Y murmuro para si misma.
-Mo..ged.
Fujin apareció de repente se sentó a su lado, mientras ella escondía en el bolsos sus dibujos, de los que tanto se avergonzaba, ya que Fujin por afición dibujaba 100 veces mejor que ella, que se pasaba los ratos libres intentando crear algo digno.
-Ged? Que significa eso?- Fujin se la quedo mirando extrañado,- Aun no entiendo porque escondes tus dibujo, ya sabes que a mi me gustan mucho.
- Tu lo que eres es demasiado educado como para decirme que el dibujo es feo y que me sienta mal la ropa, arranca el coche y no digas mas bobadas!
- Boba.- Fujin la miro con dulzura, era boba, desconfiada, tímida y insegura, siempre había sido así, y el quería protegerla, darle alas, Fujin sentía que ella podía volar.
Puso el coche en marcha, ambos estaban en completo silencio, Hye Sun avergonzada por su comportamiento, y Fujin serio y callado como siempre, concentrado en la conducción, la miro de reojo, y al verla preocupada se puso hablar relajadamente;
- Había una vez, un hada, llamada ¿Ged?- la miro sonriente, sabia que todos esos temas le encantaban, y que querría saber mas sobre ese cuento.
-Moged.- .dijo timida y en voz baja.
-¡Oh! Claro, Moged- Moged, como no había caído antes, Hye Sun desde muy pequeña soñaba con 3 hadas, Klaver, Moged y Bambina. Decía que eran como ellos que vivían en un mundo mágico, ellos miraban ese mundo, de una forma muy especial, tras una burbuja que ellos mismos tejieron, muchas veces Hye Sun decía que eran como ellos.-entonces este cuento deberías contarlo tu, lo sabrás mejor.
Hye Sun sonrió, pronto empezaron a charlar sobre aquello.
Se pasaron la noche charlando, discutiendo sobre la existencia de otros mundos y las hadas, inventando historias y recordando sueños. Fujin solo podía soñar junto a ella, y se sentía agradecido.

Volvieron bastante tarde, riendo y jugueteando, solo ellos podían ser así de felices, hablando sobre volar, ir a mundos preciosos, a veces Fujin creía en todo lo que Hye Sun contaba, a veces era capaz de ver los rostros de aquellas hadas, y sentía con todas su fuerzas que Hey Sun era como una hermana, o que antaño lo había sido.

Al llegar encontraron a Rayjin sentado junto a las escaleras de la entrada, estaba mirando como se consumía un cigarro, parecía perdido en sus pensamientos, levanto la cabeza al escuchar las risas de sus amigos, sus hermanos.
Hye Sun se aparto el pelo y se sentó junto a Rayjin, le dio un golpe en la cabeza y riendo le dijo mientras le robaba el cigarro de las manos:
- Eres algo estúpido, sabes que esto mata, no debes fumar.
- No pienso morirme, tranquila. – Rayjin a veces hablaba con soberbia y prepotencia,  a veces decía estupideces que dichas con aquel tono parecían verdades.
Mientras Hye Sun tiraba la colilla al suelo y la apagaba, Rayjin sacaba una caja de CerryBlack y se encendía otro cigarro, la miro sonriente, y le dijo:
- Ninguno de los tres morirá nunca.
Fujin sonrió y se sentó junto a su hermano.
-Calla payaso.
Rayjin miro a su hermano, realmente Rayjin creía que ellos estarían juntos hasta el final, estarían juntos siempre, por encima de todo, sentía que antes ya lo habían estado y nunca nada los separaría. Estaban destinados, pero se sentía incapaz de decir todo aquello. Cogió en brazos a Hye Sun y mientras ella intentaba apartarse, ya que siempre se quejaba del humos de tabaco, aunque realmente adoraba el olor que Rayjin desprendía, ya que fumaba un tabaco muy aromático de cereza, y realmente Hye Sun adoraba esa fragancia, pero odiaba aceptar aquello, y le preocupaba que Rayjin fumara.
-Mañana… es nuestro cumpleaños…-el día siguiente era su cumpleaños y ya que era un domingo, estarían libres, su voz era un voz de suplica, que Rayjin solo ponía en contadas ocasiones, pero rápidamente cambio el tono, y mientras dejaba de abrazarla y se levantaba, lanzando el cigarro hacia fuera de la casa,  dijo con tono autoritario- Quiero un cuadro de Moged, Bambi y Klaver. Sino estas muerta.
Dicho esto entro a la casa. Dejando con las palabra en la boca a Hye Sun, miro ha Fujin y se suspiró:
- Pero porque no me lo ha pedido antes, ¿cómo voy a terminarlo para mañana? No pienso hacerlo.
Fujin se rió por lo bajo, estos dos siempre estaban igual.
- A mi con que sigas a mi lado, ya sabes. Lo de cada año.
Le dio un beso en la frente y le dio las buenas noches, mientras se adentraba a la casa, Hye Sun se quedo pensando en lo distintos que eran.

Fue al altillo al llegar encontró a su madre durmiendo, posiblemente de hacia unas horas, dudo en que hacer, pero finalmente no pudo evitar, salir de la habitación y bajar al garaje, busco un lienzo, y se puso a pintar.
Se paso la noche trabajando en aquello, no podía evitar acabar haciendo todo lo que Rayjin le pedía.
Pinto un cuadro precioso era el mar, en un barca  de madera estaban Klaver y Moged, Klaver leía un libro, llevaba los pelos largos castaños y lisos, estaban crepados, llevaba ropas turquesas, y tenia la cara dulce y bondadosa similar a la de Fujin, Moged estaba asomado a al agua tocándola con los dedos de la mano, tenia un rostro dulce y suave, y vestía ropas grises, su larga melena plateada caía dentro del agua, y en el agua estaba Bambina, una especie de fauno acuático, con esa cara asiática alargada y de rasgos duros, nadaba con fuerza, parecía que tiraba de la balsa, siempre que Hye Sun dibujaba a Bambina se reía, ya que la expresión que tenía le recordaba mucho a Rayjin.
Si algo tenia Rayjin era esa expresión tan particular suya, que  le daba un aire enfadado permanente, aquello lo compartía con Bambina, pasara lo que pasara ambos parecían eternamente enfadados.
No se dio cuenta y en unas horas empezaron a oírse cantar los pájaros, y al poco pudo apagar las luces y seguir pintando con la luz del día que entraba desde unos ventanales que tenia el garaje, estuvo contenta hacia un buen día, podrían salir de camping.

Subió entusiasmada al sonarle la alarma del reloj, era la hora de empezar a trabajar en el regalo para Fujin, subió a la cocina, que estaba bastante cerca, Fujin adoraba las tartas de manzana de Hye Sun, así que empezó a cocinar.
Mientras estaban las pastas en el horno, subió a cambiarse y a ducharse.
Pronto estuvo todo listo, estaba poniendo la mesa y envolviendo el regalo de Rayjin entusiasmada, cuando escucho como se abría la puerta central, asomo la cabeza desde el comedor, para ver quien llegaba, y se quedo pálida. ¿qué hacían ellos allí?

Entorno rápidamente la puerta, no sabia que hacer, nadie le había dicho que ellos iban a venir, y además con invitados, rápidamente desde el móvil llamó ha su madre, no se atrevía a salir de allí, ni siquiera iba con la ropa apropiada.
- Mama….- dijo en un coreano casi perfecto.- han…han venido…?
En ese momento desde la puerta trasera del comedor, entraron Fujin en pijama junto a Rayjin que  simplemente iba en calzoncillos.
- ¿Quien ha venido?- pregunto Rayjin que miraba con entusiasmo el desayuno, y el regalo enorme que estaba a medio envolver, Fujin que no entendía el coreano miro a Hye Sun esperando un respuesta, ¿quien acababa de llegar?.
Hye Sun colgó el teléfono, mirándolos asustada.
- Vuestros…padres… Guardar todo esto por dios, como vean todo esto…

Hye Sun seguía de piedra hablando en voz baja junto a la puerta, rezando para que no se les ocurriera entrar al comedor, Fujin y Rayjin reaccionaron más deprisa empezaron a llevar todo ese desayuno hacia la cocina.
Sus padre no eran partidarios de que Hye Sun, tan solo la hija de una criada, se relacionar con ellos, pero como nunca estaban, confiaban en que la madre de esta lo evitara, cosa que jamás hizo, desde siempre había permitido que los tres chicos se criaran como hermanos, a escondidas de unos padres que apenas pasaban por casa, por ello cada vez que volvían a casa, aunque solo fuera por dos o tres días, les resultaba a todos muy complicado.
Hye Sun volvió en si, cogió el cuadro y bajo corriendo al garaje a esconderlo. Pronto estuvo todo en su sitio, Hye Sun corrió hacia el altillo, iba a pasarse el día durmiendo, odiaba que vinieran, y le entristecía no poder pasar con ellos el día de su cumpleaños, mientras los dos hermanos corrían a sus habitaciones, a seguir durmiendo , no querían que se los encontrar andando en pijama por la casa.

Los tres muchachos estaban preocupados, que hacían allí tan pronto, y sin apenas haber avisado, algo no olía demasiado bien, y no tener el control de la situación se les estaba haciendo cuesta arriba.
Fujin después de unas horas de estar meditando todo aquello en la cama decidió bajar, a saludar a sus padres, se vistió con sus mejor traje y bajo al piso de abajo desde donde se escuchaba risas, no solo estaban sus padres, parecía que habían invitados, Fujin bajo cuidadosamente procurando no hacer nada de ruido, las risas venían del piso de abajo, tenían una sala de estar gigante con un gran sofá y una mesita central, Fujin se dirigió hacia allí, y cuidadosamente se asomo tras la puerta, vio a su madre, tan hermosa y coqueta como siempre, sonreía las bromas de una elegante silueta europea, una mujer con guantes de seda, y una extensa pamela, sujetaba la mano de su madre, que no paraba de sonreír, su padre junto a su esposa, reía mas ausente las bromas de la visita desconocida, se veía un mujer de mediana edad, algo robusta, ella cubría su rostro con un abanico rojizo, con el que cada poco se abanicaba, Fujin sintió interés por aquella desconocida, no sabia quien era, pero le resultaba familiar, pronto pudo escuchar la voz con mas atención, la voz de aquel invitado, no era para nada femenina, había algo enigmático y extraño en todo aquello, Fujin no se atrevía a entrar, solo miraba de lejos, se quedo ausente durante bastante rato, solo expectante, pronto una voz varonil lo hizo volver en si:
-Porque  no entras pequeño?- La silueta se había girado, dejando entrever un traje a rallas de corte italiano, aquello no era una mujer, su rostro era claramente masculino, pero todo sus movimientos, rasgos y expresiones recordaban claramente a los de un mujer muy femenina,- eres.. déjame adivinar… ¿Fujin? Tienes cara de muy buen chico, solo puedes ser Fujin.
Aquella figura se incorporo, dejando ver un cuerpo robusto y alto de hombre, era bastante mas alto que Fujin, fue andando hacia él, mientras andaba aquella figura se contorneaba, como si de una danza húngara se tratara, parecía que mientras andaba encantaba la mente de todos los allí presentes, aquellos encantos sedujeron la mente de Fujin, nublándola durante unos instantes, quedando encantado con la figura que se dirigía hacia él, era un hombre que parecía una mujer, pero en esos momentos aquello no le parecía nada extraño, Fujin incluso deseo a esa figura tan excitante y frágil, se sintió absorbido y atraído.
-Que coño pasa aquí, porque hay un “mariquita” en casa?- la voz fulminante de Rayjin hizo volver en si a Fujin, quedándose prácticamente en Shock por lo que le acababa de suceder, dejo de mirar aquélla absorbente figura para dirigir su mirada hacía su hermano, que aun en calzoncillos miraba con cara de asco y desprecio al invitado que sus padre habían traído ese día a casa.- pero en que narices estabais pensando cuando decidisteis traer un transexual a casa?
-RAYJIN!- Su madre se levanto exaltada.
- Muestra respeto por los invitados!- Su padre se levantó abrazando a su madre, intentado calmarla.
Fujin al volver en si observaba todo aquello asustado y perdido, que estaba sucediendo, la figura enigmática se acerco hacia Rayjin, con una mano le sujeto la cara, y se quedo observándolo de cerca, parecía que estuviera juzgando a un caballo, mirando si su dentadura era sana, o si su mirada era la correcta, lo observaba con ojos severos y juzgantes, mientras Rayjin le miraba desafiante, como si fuera un perro enrabiado esperando que la mano estuviera lo suficientemente cerca como para lograr morderla con éxito,  estaba tenso, no sabia que hacer, aquella figura repúgnate era un invitado, sus padre estaban allí, y parecía que Fujin no sabía de que bando estaba, Rayjin se sentía solo, agredido, invadido, y enfurecido.
- Interesante. Realmente eres una bestia salvaje, me encantara domesticarte.- La voz de la figura sonó varonil, dura y tajante, estaba hablando muy en serio.
Al escuchar eso Rayjin no puedo evitar escupirle en toda la cara, la figura lo miro a los ojos, desafiante, y aunque Rayjin había estudiado artes marciales y sabía defenderse, no puedo evitar el golpe seco y fino que le dio la figura en el cuello con el abanico, tocando el punto justo para que cayera redondo al suelo, La figura se quedo firme sujetando el cuerpo desplomado de Rayjin.
- Es una verdadera lastima que se lo haya tomado tan mal,- dijo con un tono mas suave y femenino, cargaba con Rayjin, ahora ya no parecia tan imponente, podía parecer incluso frágil, dejo a Rayjin en el sofá, con sus padres, que estaban sentados en él, indignados ante lo ocurrido, la madre se apoyó en el padre mientras este murmuraba algo sobre el mal comportamiento de su hijo Rayjin.
La figura se acerco hacía Fujin, este ahora estaba perplejo, se había acercado más de la cuenta, juntando sus cuerpos, Fujin se veía incapaz de escapar al magnetismo de ese personaje.
- Quería, conocer a tu hermano,-hablaba con pausas, esta vez de manera sensual- quería, que tuviera la oportunidad de despedirse, pero, nos lo tendremos que llevar a Londres, sin su consentimiento.
Esas palabras dejar helado a Fujin, ¿a Londres?... se iban a Londres?
- Si Fujin, hoy,  vendréis a Londres con nosotros, pronto os tendréis que encargar del negocio familia. Y no podéis hacerlo sino conocéis que empresa llevan vuestros padres, y no aprendéis pronto, además en Europa podréis formaros en mejores escuelas.
-Pero, Rayjin,,, no… ahora?
- Nos vamos en dos horas.

Mientras hye Sun dormía en el piso de arriba esperando que pronto se marcharan para poder seguir con sus vidas, todo su mundo y su burbuja parecía desvanecerse por momentos.
Esa noche, había sido la ultima que pasarían juntos durante mucho tiempo.

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