ellos

sábado, 8 de enero de 2011

Capitulo 2 - Destino. Londres.


CAPITULO 2
Destino. Londres.

Estaba oscuro, y se encontraba mal, notaba un leve mareo y le dolían punzantemente las cervicales, al intentar incorporase no pudo evitar, acabas vomitando, todo le daba vueltas, se sentía solo y perdido, pronto centro la vista, ¿dónde narices estaba?, a lo lejos se escuchaba levemente un sollozo, podía reconocer aquel sollozo, era Fujin, era un llanto entre cortado, asmático, e intentaba ser silencioso, estaba lejos, posiblemente en otra habitación, centro la vista, y logro fijarla, al observar el entorno se quedo consternado, parecida su cuarto, prácticamente idéntico, parecía su habitación, pero Rayjin sentía que no lo era, escucho atentamente el sollozo, y se dirigió hacia la mesa, tras ella, habían dos puertas, idénticas a las de su casa, al cruzar la puerta se encontró con la que hubiera sido la habitación de su hermano en su casa, y eso fue lo que encontró, aunque se notaba que aquella no era su casa, Rayjin se toco la cabeza, todo aquello era verdaderamente extraño, claramente  era su casa, pero él sabia que aquello no era así, todo aquello le estaba mareando, resoplo e intento evitar las nauseas, se sentía perdido, pero los llantos le hicieron volver en si, la habitaron de Fujin seguía como siempre de estética Zen, con un futón blanco, junto a este una mesita un mesita, y un armario empotrado de puertas corredizas,  se fijo que en una esquina, hecho un ovillo estaba Fujin, intentaba cubrirse la cara, llorosa y enrojecida, estaba desecho, Rayjin jamás lo había visto así, se sentó junto a él, y le dejo que llorar en su hombro, Rayjin seguía sin entender nada.
Estaban los dos hermanos sentados juntos en el suelo, Fujin apoyado en su hermano, este le pasaba el brazo por la espalda, secándole las lagrimas cada poco, cuando vio que su hermano se había calmado un poco, logro decir, aun muy confuso:
- estamos en casa?
Al decir eso, Fujin estuvo apunto de romper a llorar.
-no.
-Estamos en Tokio?
-no
Rayjin no entendió esa respuesta.
-Estamos en Japón?- Lo dijo con tono de burla.
-No.
Rayjin se quedo mudo, miraba a su hermano, con cara de espanto, que estaba sucediendo, Fujin empezó a temblar, mientras jadeaba intento explicarle a su hermano:
-Es…difícil…se nos han llevado…-miro a su hermano- sabía que esto pasaría, pero… no estoy pre…
Fujin siguió llorando, intento continuar la frase, mientras su hermano trataba de calmarlo.
-preparado..para separarme de ella… ni de perder…nuestra burbuja.
Rayjin se dio cuenta, estaban en Londres, en la casa de sus padres, sabían que tarde o temprano sucedería esto, pero ninguno de los dos estaba preparado, aun y así, Rayjin reacciono con mas frialdad, apoyando a su hermano, esperando que este recuperara el ánimo, se pasaron toda la noche y el día siguiente sentados allí juntos, abrazados, de vez en cuando les llamaban avisándoles para que bajaran a comer pero no hicieron caso de ninguno de los avisos.
Después de ese día entero juntos, cuando llego la noche, Fujin aun algo jadeante, le murmuro:
- quiero intentar dormir, no duermo desde que nos fuimos de Tokio, empiezo a no encontrarme demasiado bien.
- Yo me iré también a la cama, supongo que mañana tendremos que salir de aquí y afrontar todo esto de alguna manera, así que mejor que duramos, para estar fuertes y afrontar juntos las adversidades.
A veces Rayjin parecía que sabia lo que decía. Fujin le sonrió mientras se secaba las lagrimas con la manga de la camisa.

Al entrar en la habitación Rayjin se desmoronó, se sintió frágil y solo, intentaba recordar lo último que habló con Hye Sun y era casi incapaz de recordarlo, pronto noto un terrible dolor muscular cerca de la clavícula, el golpe en el cuello de aquel hombre odioso, pero no tenia muy claro que había sucedido.
Se sentó al borde de la cama, evitando llorar, debía ser fuerte, su hermano le necesitaba, no podía desmoronarse, tenia que aguantar, para así lograr salir triunfante.
Se hecho en la cama, de que le servia tanto poder, sino podía dedicarse a lo que mas le gustaba ni estar con los que quería.
Busco con la mirada donde podía estar el reproductor de música, ya que no lo había visto en la mesa, lo encontró en la estantería junto a la tele, se incorporo, y miro entre los cds, en busca de un cd que contuviera la “moonlight sonata” de Beethoven. Puso el tercer movimiento a todo volumen, y se hecho en la cama, mientras tocaba en el aire, con sus manos, la pieza. Su mente se puso en blanco, intentando recordar las anotaciones, las entradas y el tempo. Se sintió libre, soñando con aquello que realmente deseaba.
Fujin estirado en la cama escuchaba aquella música, que sin duda le recordaba al carácter inconstante de su hermano, y recordaba todas las mañanas que este había pasado en su infancia junto al piano, Fujin cerro los ojos y dejo que su mente se llenara de recuerdos.
Debían ser fuertes, y unirse, les habían ganado un batalla, pero ellos ganarían esa guerra.







Fujin se despertó bastante temprano, y en silencio fue hacia la habitación de su hermano, que se había dormido vestido en el borde de la cama, con las piernas dobladas hacía fuera, disfrutando del cd que ya no sonaba aunque el aparato reproductor seguía en marcha emitiendo un molesto zumbido, Fujin lo apago cuidadosamente, apoyo la cabeza de su hermano en un cojín y se echo a su lado.
Se quedo junto a él esperando que decidiera despertarse.

Al cabo de dos horas, sobre las diez de la mañana Rayjin consiguió despertarse, bajaron juntos al comedor, donde se encontraban sus padre charlando, estos se quedaron mudos al verlos bajar.
Rayjin estaba irritado, pero Fujin intentaba contener la ira de su hermano.
-Os hemos dejado unos días, para , que os adaptéis.- dijo el padre con voz firme y serena.- empezareis las clases, iréis juntos a la misma universidad, y seguiréis con vuestras carreras, a partir de la semana que viene. Ya sabéis que vuestra madre y yo siempre estamos muy ocupados, así que organizaros a vuestro gusto.
El padre extendió la mano, con las matriculas y un cheque con una cantidad sumamente exagerada de dinero, esos cheques normalmente los recibían por mensajería, ese día por fin se lo daban en mano, se sintieron afortunados.
Rayjin estuvo apunto de contestar, pero Fujin le paro rápidamente, ambos callaron, asintieron y se marcharon otra vez hacía el piso de arriba.
Rayjin se giro y no pudo evitar decir;
- que pasara con EUN KYUNG!!- Era la madre de Hye Sun, le había cuidado durante todos esos años, y ellos no podía dejar de pensar en que sería de ellas.
- Ya ha finalizado su trabajo con esta familia. Lo que hagan ella y su hija ya no nos incumbe.
Dicho esto su padre se sentó junto a  su esposa y siguieron trabajado juntos ante una montaña de papeles.
Fujin cogió a su hermano y lo arrastro hacia el piso de arriba.

Estaba claro que tenia que hablar, tendría que planear como plantearse su nueva vida, y como enfocar en positivo todo aquello, si algo tenían claro ambos era que fuera como fuera tendrían que localizar a Hye sun y lograr traerla cuanto antes  a Londres.
Los dos hermanos se sentaron uno frente al otro, estaba claro que no iban a contar con el apoyo de sus padres, y que iban a  seguir tan solos como habían estado siempre, con la diferencia de que tendrían que convivir con sus padres, y se veían obligados a hablar en casi todas las horas del día ingles, además se veían obligados a estar lejos de Hye sun, algo que para ellos era verdaderamente complicado.

Fujin ideo un plan, le planteo a su hermano  pedirles a sus padre un piso en la ciudad, solo para ellos, para así estar más cerca de sus estudios, y además seguir con la autonomía que habían tenido hasta entonces, les prometerían, a cambio, que ayudarían en el  trabajo con sus padres, para así ir aprendiendo sobre el negocio familiar, seguro que a ellos vivir en casas separados no  les parecería mala idea.
Según Fujin planteaba todo esto Rayjin no podía dejar de pensar en el hecho de que estaba en el continente de la música, de las grandes orquestras, Rayjin estaba deseando tener algo de rato libre para pode ir al conservatorio a mirar si podrían aun matricularse, apenas escuchaba a su hermano, a veces Rayjin era como un niño cuando algo se le metía entre ceja y ceja no podía dejar de pensar en eso, y no era capaz de prestar atención hacia nada más, había olvidado completamente a Hye Sun, solo podía pensar en ir a Londres y estudiar música a escondidas de todos.
-¡Oye! Me estas escuchando?- Le pregunto ofendido.
-¿eh? Sí, si claro.- Rayjin intento disimular su despiste.- Realmente deberíamos buscar un piso. ¿Vamos hoy?
Fujin le miro sorprendido, ¿vamos? ¿Desde cuando hacían esas cosas ellos?. Normalmente Rayjin hubiera pedido que alguien les buscara el piso o estaría torturando por teléfono a una pobre agente inmobiliaria con una larga lista infame de condiciones, ¿a que venía este interese repentino en ir hacía Londres a ver casas?
- Bueno no a mirar pisos, pero si a ver nuestra futura ciudad y elegir barrio.
Fujin no entendía nada, pero asintió con la cabeza y se marcharon juntos a pasear por Londres.

Pronto estuvieron instalados en una casa situada en uno de los mejores barrios de Londres, cerca del museo británico, empezaron pronto las clases, donde Fujin brillo enseguida por su excelente inglés, y grandes notas, en cambio Rayjin tan solo era popular por las grandes peleas, las campanas constantes y sus malas notas, junto un pésimo nivel de ingles, que le impedía relacionarse demasiado y seguir bien las clases, ante la familia no tubo importancia ya que siempre que se tratara de trabajos de sus empresas Rayjin siempre sabia solucionar problemas y era incluso mas trabajador que Fujin, ya que este no tenía ningún tipo de escrúpulo con le trabajo que realizaban sus padres, o al menos le gustaba aparentar que no le importaba, Fujin en cambio solo quería llevar la parte jurídica y se negaba a ejecutar la mayoría de tareas que creía impropias, tanto sobornos, pagos indebidos, dar ordenes de expropiar casas, negocios, incluso habían asuntos del mundo de las drogas o incluso cosas mas oscuras, Rayjin llevaba siempre los temas económicos de forma fría y calculadora, o eso intentaba aparentar, algunas veces se rebotaba con sus padres, pero intentaba realizar su trabajo correctamente para así encubrír que no iba a clases, no por lo que creían todos, sino porque estaba estudiando en el conservatorio, había logrado entrar, y realmente le horrorizaba la posibilidad de que alguien le descubriera, además aquello le causaba mas tensión, ya que se veía obligado a trabajar con sus padres en trabajos que realmente le molestaban, intentaba favorecer algunas de las victimas de su familia, intentaba que los números cuadraran salvando deudas insalvables, pero habían cosas inevitables, y aquél era su horrible trabajo, y temía que si nada cambiaba acabaría siéndolo para el resto de su vida.
Fujin llevaba dos meses llamando sin parar al teléfono de Hye Sun si resultado alguno, estaba desesperado, que había sido de ella?, sus padre no querían hablar del tema, y realmente aquello le preocupaba, aunque no quería hablar con Rayjin, ya que últimamente se habían distanciado bastante, en el fondo Hye Sun era la pieza que les unía, ahora Fujin realmente estaba solo, nadie en clase con quien sentirse a gusto, y su hermano apenas iba a la universidad, además por culpa del trabajo y de sus escapadas, casi nunca estaba en casa, Fujin se había quedado completamente solo, echaba de menos las peleas de su hermano, últimamente lo sentía muy ausente, también recordaba con nostalgia reírse junto a su amiga Hye Sun.
¿Que iba a hacer?, parecía que jamás saldrían de esas espiral sin fin en la se  habían visto obligados a entrar.

Hasta ese día en el que estaban cenando, coincidían en la mesa, y Fujin se sentía a gusto, era un silencio agradable, Fujin lo escuchaba y sentía, sonrío y cerro los ojos absorbiendo aquel maravilloso silencio, al abrir los ojos, se dio cuanta de que Rayjin estaba junto al plato sin comer, y con un aspecto muy tenso, estaba enfurecido, o eso parecía, pudo sentir que se le escapaba un sonrisa, como había echado de menos aquello, empezó a sentirse en casa y le dijo:
- ¿Te…- Rayjin levanto rápidamente la cabeza y se quedo mirando a Fujin sorprendido, Fujin siguió hablando- Te pasa algo?
- Últimamente…todo el dinero que me dan por mi trabajo, lo gasto en tapar deudas… ya se que tenemos mucho dinero, y que ese no es el problema, pero…- Rayjin bajo la cabeza y cerro su puño arrugando  el mantel, sentía mucha rabia.
- deudas?
- No puedo embargar a mas gente. –su voz sonó realmente triste, seguía retorciendo con su puño el mantel, cada vez con mas fuerza.
-Bueno, tranquilo, los estudios están pagados, y también todo el tema de comida, gasolina, realmente solo te quedas sin dinero para caprichos ¿no?- Fujin lo dijo sonriendo, intentando restarle importancia.
Rayjin se enfureció, por culpa de aquello se veía obligado a estudiar en el conservatorio publico, el mas económico y menos céntrico, aquello le molestaba pero no le importaba, odiaba el hecho de no poder pagar un piano para su casa nueva, o poder comprase un buen cello, todos los libros, partituras…
-Joder, sabia que no lo entenderías, no se para que te hablo- Rayjin se incorporó rápidamente enfurecido y se marcho directo hacia su habitación, aquello era habitual en él, Fujin se incorporó calmado y  agradecido de poder revivir aquello.
-Ei! Tío!, solo intentaba sacarle importancia, realmente  es heroico lo que estas haciendo, ¿vamos a medias?
Rayjin se giro sorprendido por aquella respuesta, y aun con un tono algo duro le contesto:
- Co como?
- Que ha partir de ahora, vamos a medias, así tendrás dinero para ti, yo realmente no necesito para nada tantísimo dinero, nunca me gasto en nada el dinero, e ir acumulándolo de manera masiva me parece ridículo viviendo como vivimos.
Fujin saco la cartera y mientras miraba lo que llevaba dentro le dijo:
-Cuanto quieres?, este mes te doy lo que quieras, llevas varios meses así, es justo que te de mas de la mitad este mes- Fujin le miro serio, dejando claro que aquello iba de verdad.
- Un piano, y un cello.- Rayjin dijo aquello en un golpe de voz, se puso colorado y se fue directo a la habitación, Fujin se quedo de pie mirando como se alejaba, pronto la presencia de uno de los mayordomos le hizo volver en si, sintió que era la primera conversación normal que tenia desde que habían llegado a Londres, y se sintió a gusto.
Miro al mayordomo y le dijo:
- Podrías conseguirme un piano de cola negro, para la sala de estar? Y un cello de 1/3 negro también?
- Claro señor.
Fujin se quedo pensativo.
- Podría estar en casa mañana a primera hora?- El mayordomo la miro sorprendido, Fujin era conciente de que eran alas 8 de la noche y era difícil, pero sabia que no imposible.
- Claro señor, lo intentaremos.
Fujin se fue a dormir tranquilo, se sentía a gusto y con fuerzas, echaba de menos aquella sensación, casi tanto como a Hye Sun, a lo lejos escucho música clásica, Suit n.1º de bach, ese precioso cello tan solo podía ser Pau Casals, se durmió pronto con aquello maravilloso sonido de violonchelo.
Rayjin en cambio estaba ansioso, aquella pieza le recordaba a Hye Sun y aquello le entristecía, se sentía casi tan solo como su hermano, ella siempre le iba detrás incordiando y molestando, haciéndole sin querer una constante compañía, al recordar esto sonrió para si mismo, realmente Hye Sun era como un mascota, distrajo su mente pensando en aquello y sonriendo sus propias bromas internas, pronto volvió el silencio en su mente, y la hecho de menos, él también había intentado llamarla, incluso localizarla  en Japón, pero no había sido capaz de saber nada de ella, abrió un cajón, y saco una precisa cajita de color rojizo, la abrió y toco con suavidad el precioso colgante de diseño que había dentro, era una cadena de oro blanco, con un anillo doble, eran dos anillos uno más grande que el otro, al juntarse daban la forma y el color exacta de un melocotón, Rayjin lo miro, en algún momento hacia años había visto aquello objeto en alguna tienda de joyas y no pudo evitar comprarlo, aunque jamás se había visto capaz de dárselo, se avergonzó por ello, le dolía muchísimo haberla perdido, en esos momentos se arrepentía de muchas cosas que había evitado decir, y hacer.
Cuantos Sant Valentines la había ignorado, cuantas rosas había deseado darle, y jamás se había sentido capaz, y aun sentía que sus labios solo podían ser de Hye Sun.
Se enfureció al pensar que ella ahora podía besar a cualquiera, al no estar él allí, se enfundo en la cama muy enfadado, y quiso olvidar aquel pensamiento. Aquello no le gustaba nada.

Paso la noche y pronto entraron a despertarle, odiaba aquel procedimiento, casi tanto como a los despertadores, acostumbraba a insultar a todo aquel que intentaba despertarle, pero aquellos era mas eficaz que los despertadores ya que jamás duraban nada, acababa rompiéndolos, aquel procedimiento dentro de lo que cabe era mas útil.
Se levanto con su habitual rutina, salir en calzoncillos por la casa, despeinado, y con cara de mal humor, seguía pensando en Hye Sun, y aun seguía enfadado con ella, por dar besos a otros en su mente, paso por la sala de estar, iba directo hacia la cocina a por agua, aunque tenia servicio, vivían bastante independientes, normalmente desayunaba en la cocina, y aunque no había cocinado ellos, ni fregaban y limpiaban, a veces parecía que todo se hacia solo, ya que solo eran 4 sirvientes, con los que apenas se cruzaba.
Al pasar por la sala de estar andando relajado y algo dormido, no se fijo en el enorme piano que había en el centro de esta.
Entro en la cocina y se sirvió un baso de agua, mientras saludaba con desgana a Fujin que comía cereales, Fujin se quedo sonriente mirando a su hermano, esperando una reacción, Rayjin no tardo en dársela, ya que de pronto dio un brinco, por el cual le callo el baso al suelo, y salio corriendo a la sala, se percato de pronto de lo que acababa de ver al pasar por la sala.
-Me cagoen!! Que pasada FUJIIN! Eres un puto crack! eres genial, lo sabes?- hablaba con entusiasmo mientras rodeaba el piano y lo examinaba.
- ayer me vinieron gana de volver a escucha monlight sonarta, de hecho lo hecho mucho de menos, aunque no será lo mismo sin Hye Sun.
- ni la nombres, estoy muy enfadado con ella.
Fujin lo miro extrañado, sabia que no había podido contactar con ella, así que no entendía muy bien a que venía ese enfado,
Rayjin se sentó en la banqueta del piano y toco la pieza entera, ambos olvidaron la primera hora de clase, y se quedaron juntos toda la mañana, Rayjin disfrutando de su nuevo piano y el Fujin disfrutando de las piezas, Ese día volvieron a unirse, aunque habían cambiado muchas cosas, ellos seguían siendo hermanos.


















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